.Coldplay. Fix You (Te confortaré)  

 

«todo lo mío es tuyo»

 
  

 
 
 
 
 
 
Lectura del libro del Éxodo

En aquellos días, el Señor dijo a Moisés: «Anda, baja de la montaña, que se ha pervertido tu pueblo, el que tú sacaste de Egipto. Pronto se han desviado del camino que yo les había señalado. Se han hecho un becerro de metal, se postran ante él, le ofrecen sacrificios y proclaman: “Este es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto”».
Y el Señor añadió a Moisés: «Veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz. Por eso, déjame: mi ira se va a encender contra ellos hasta consumirlos. Y de ti haré un gran pueblo.»
Entonces Moisés suplicó al Señor, su Dios: «¿Por qué, Señor, se va a encender tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de Egipto, con gran poder y mano robusta? Acuérdate de tus siervos, Abrahán, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo: “Multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de que he hablado se la daré a vuestra descendencia para que la posea por siempre”.»
Entonces se arrepintió el Señor de la amenaza que había pronunciado contra su pueblo.

Éx 32,7-11.13-14

Salmo Responsorial

R. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre.

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,

renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R

Señor, me abrirás los lábios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias. R

Sl 50,3-4.12-13.17.19 (R.: Lc 15,18)

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo
Querido hermano:
Doy gracias a Cristo Jesús, Señor nuestro, que me hizo capaz, se fio de mí y me confió este ministerio, a mí, que antes era un blasfemo, un perseguidor y un insolente.
Pero Dios tuvo compasión de mí porque no sabía lo que hacía, pues estaba lejos de la fe; sin embargo, la gracia de nuestro Señor sobreabundó en mí junto con la fe y el amor que tienen su fundamento en Cristo Jesús.
Es palabra digna de crédito y merecedora de total aceptación que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, y yo soy el primero; pero por esto precisamente se compadeció de mí: para que yo fuese el primero en el que Cristo Jesús mostrase toda su paciencia y para que me convirtiera en un modelo de los que han de creer en él y tener vida eterna.
Al Rey de los siglos, inmortal, invisible, único Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

1Tim 1,12-17

Lectura del santo Evangelio según San Lucas

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: «Ése acoge a los pecadores y come con ellos» Jesús les dijo esta parábola: «Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra?
Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: “¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido.”» Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.
Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas para decirles: «¡Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido.”
Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.”»
[También les dijo: «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”. El padre les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer. Recapacitando entonces, se dijo: “Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros”.
Se puso en camino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al cuello y se puso a besarlo. Su hijo le dijo. “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”. Pero el padre dijo a sus criados: “Sacad en seguida el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matadlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado”». Y empezaron el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y el baile, y llamando a uno de los mozos, le preguntó qué pasaba. Éste le contestó: «Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha matado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud”.
Él se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Entonces él respondió a su padre: “Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado”.
El padre le dijo: “Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”».]

Lc 15,1-32

"Estimar Crist per damunt dels pares, dels germans, de l’espòs/a, dels fills"

De vegades, en un arravatament podem fer promeses que després no sabem complir. Jesús avui ens demana que siguem molt més cauts i reflexius a l’hora de seguir-lo sabent que les seves exigències són molt grans. Si algú vol venir amb mi i no m’estima més que el pare i la mare, que l’esposa i els fills, que els germans i les germanes i fins i tot que la pròpia vida, no pot ser deixeble meu. Jesús ens demana una entrega total, ens exigeix un amor únic que ha d’estar per damunt de tot altre amor. Qualsevol lligam familiar, per profund o íntim que sigui, s’ha de situar al dessota de l’amor i del seguiment de Crist. Però ni tan sols l’amor a nosaltres mateixos ha de ser primordial. Jesús és l’Absolut i el seu amor demana deixar-ho tot per ell. I n’hem de ser conscients: per això parla de la reflexió que fan tant el qui vol construir una torre com el qui vol fer la guerra: primer cal calcular les pròpies forces per a no llençar-se a una aventura condemnada al fracàs. Seguir Jesús serà difícil: Qui no porta la seva creu per venir amb mi, no pot ser deixeble meu. Si no tenim present tot això, ens podem enganyar, pensant ser molt fidels al Senyor, quan Ell, a la pràctica, ocupa el segon o el tercer lloc. Això no és ser deixeble de Jesús. La primera lectura ens recorda també que no és fàcil saber el que Déu vol de nosaltres: Qui pot descobrir la voluntat de Déu? Sort que el mateix Senyor ens ho dona a conèixer: Qui hauria conegut mai què desitjàveu, si no haguéssiu enviat de les altures el vostre Esperit Sant? Ara sí és possible seguir el camí del Senyor: Els homes han après a conèixer què és del vostre grat. I Pau demana a Filèmon que torni a acollir un esclau seu que l’havia abandonat: Ara te’l retorno però no com un esclau sinó com un fill. Per això li demana: Rep-lo com em rebries a mi mateix, com un germà estimat. Des de la fe, des de l’amor a Jesucrist tot es transforma: l’esclau ara és un germà estimat, i agafar la nostra creu demostrarà que l’amor a Crist i als germans és l‘únic que ens importa realment.

Mn. Jaume Pedrós

Música Sacra

Con el nombre de Música Sacra agrupamos las obras musicales cristianas que a lo largo de la historia han creado los grandes compositores para destacar la obra de Dios. Nació en Europa en la Alta Edad Media con los ritos cristianos en el ámbito de las iglesias. Los antiguos cantos medievales dieron paso a las Misas y Cantatas del Barroco.

La época dorada de la música religiosa se inicia con los cantos gregorianos, alcanzan la mayoría de edad con Johann Sebastian Bach, continúa con Mozart y finaliza con las Misas de Beethoven. Mas tarde la musica sagrada deja de tener tanta importancia en la vida social y los compositores se acuerdan de ella excepcionalmente.

Glória de Vivaldi

Réquiem de Mozart Passió segons sant Joan. Bach
El Messies de Händel I El Messies de Händel II El Messies de Händel III
La Passió segons sant Mateu I La Passió segons sant Mateu II Messa da Réquiem de Verdi


 

  

 

 
 
 
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